Al indigente Simón le jode perder sus apariciones diarias y está muy enfadado por esa mierda de devolver a la gente la libertad, aunque sea poca.
Y es que es repetirse pero es así: cuando el cerdo prueba la sangre quiere más.
El ministro de propaganda ideológica del nuevo y normal régimen fascista español del coronavirus, se deprime el pobrecito porque se le va a acabar salir por la tele todos los días; va a perder su programa de telepredicador y las entrevistas tontas que tanto dinero le dan.
Bueno, también es verdad que a cada cerdo le llega su sanmartín (es mentira, los fascistas quedan impunes hasta que mueren, al menos en España).
Parafraseando a Radio Futura: que se joda el tonto Simón.
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