miércoles, 19 de mayo de 2021

Cosas de la ingravidez en el espacio

 


El espacio, con su ingravidez tiene una serie de ventajas eminentemente lúdicas, porque para otra cosa no sirve, ya que lo que hagas en ingravidez en gravedad no podrás. Así que te das el vacile y luego bajas de nuevo a la tierra con esa tremenda carga gravitacional que es la vuelta a la mediocridad.

Viajes al espacio para un sexo más relajado y desenfadadamente escatológico por aquello de las pelotas flotantes de semen que divertidamente atraparás como un pez con la boca, como hacen los astronautas ante el público con zumo de naranja. Y si eres un poco lelo y blanquito, das vueltas dejándote llevar por el azar de la ingravidez como un trozo de plástico flotando en la playa por no decir un excremento de esos que no pocos hemos tenido que alejar de nosotros a manotazos, con más miedo que si fuera un tiburón.

Pero donde de verdad se ve una utilidad a la ingravidez del espacio, es para usarlo de cementerio. Un cementerio limpio que gire alrededor de La Tierra como un Meteosat.

Los muertos en ataúd transparente con alambres en las extremidades y el cuello para que no se muevan (como las muñecas embaladas), son lanzados al espacio en órbita geostacionaria. Y así en el día de los muertos, haces un viaje al cementerio en una lanzadera espacial y matas dos pájaros de un tiro: practicas ese sexo que ya no puedes hacer en La Tierra porque estás cansado o tu mujer ya no es lo que era (que es lo que suele ocurrir invariablemente). Y cuando la nave llegue a la órbita del cementerio, escupes o eyectas graciosamente un ramo de flores al vacío en honor a tus muertos, que podrás observar incorruptos gracias a la ausencia de gérmenes en ese profiláctico y estéril espacio, a través de las paredes del ataúd de metacrilato, o de cristal de Swaroski si estás podrido de dinero. Haces unas cuantas fotos y si se da el caso y te atreves, sales al espacio atado a una cable y flotas junto al ataúd de tu muerto mientras que te graban en video.

En fin, que si tienes pasta podrás gastártela en cosas inútiles en lugar de hacerlo en Amazon por puro aburrimiento.

Y si eres muy, muy sucio con el sexo, imagina una orgía donde todos los machos eyaculen a la vez y no puedan identificar la pelota de semen o hacer el trenecito macho-hembra-macho-macho-hembra-macho. Podríais pasar el mejor momento de vuestra vida, y no como en la deprimente Disneylandia o Port Aventura y reír hasta toser con todas esas posibilidades.

Ánimo, con el tiempo se harán viajes espaciales low cost. Incluso las empresas como premio a los treinta años de esclavitud, te podrían pagar un viaje sexo espacial en lugar del triste reloj de oro.

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