– ¿Alguna vez has visto a Dios?
–No me jodas, cabrón. Quiero pasar desapercibido.
–Eres un borde.
–Y tú un rencoroso. La culpa fue tuya y de tu parienta. Mira que había manzanos en el paraíso y tuvisteis que comer de aquel.
– ¡Joder! Es que hiciste a Eva muy puta. Antes de morder la manzana, ya le había hecho una mamada a tu angelito disidente. ¡Coño! Cuando la mordí me di cuenta, la guarra ni se había limpiado la boca.
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