miércoles, 10 de febrero de 2021

La libertad solo se puede recuperar con violencia


Seamos realistas, el abuso, acoso y la supresión de la más mínima y elemental libertad requieren un nivel de violencia basado en la lesión grave y muerte.

Ante una prisión indiscriminada solo cabe una respuesta: una violencia iracunda y sangrienta.

Nadie ha ganado jamás la libertad perdida obedeciendo y sonriendo a su amo.

La libertad requiere siempre, y así ha sido en toda época, una violencia salvaje.

Cuanto más tarde estalle la violencia, más cruel será; porque nada la evitará.

Quemar basura o romper vidrios es como que te pique el coño o los cojones y te peines. Así de ineficaz e improductivo.

Deberían silbar certeras balas a la cabeza cuando el fascismo del coronavirus pide y ordena prisión y toques de queda marciales para la ciudadanía. Los caudillos y sus caciques son los enemigos mortales, no un virus o una gripe de mierda.

El coronavirus se cura con aspirinas y la libertad se restituye chorreando sangre.

Antes los libros de historia explicaban estas cosas; antes de que el germen del nuevo y normal fascismo empezara a minar y corromper la historia, la cultura, el arte y la educación para crear generaciones de cobardes o cabestros a los que someter mientras aplauden complacidos a sus tiranos.

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