lunes, 6 de agosto de 2018

Una buena patada


Cuando has vivido no más de dos meses con una tarada o tarado que hasta entre las piernas, sea con el coño o con la polla, no deja de chatear con sus papás, hermanos, amigos y folladores. Y tras observar su rostro imbécil hacer muecas frente la pantallita, cuesta apenas dos minutos cogerle asco y darle una buena patada en la cara mientras duerme, y si hay suerte con la maniobra, meterle en el coño o en el culo su teléfono de mierda.
No hay nada peor que estar solo y que alguien te joda la soledad. Siempre hay buenas razones para la liberadora violencia y ahorra mucho tiempo.
No entiendo esa obsesión por penalizar una buena paliza.
No es cuestión de género, es cuestión de imbéciles. El que sea macho o hembra el que ha recibido la patada, solo responde al grado de idiotez de quien teclea.

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