sábado, 14 de noviembre de 2020

La cochina sinceridad


Enseñar a tu hijo a ser sincero, además de ingenuidad, debería ser un delito de agresión al intelecto y la autodefensa. Y si además lo educas en la cobardía, tendrás a la mejor y más grande de las gallinas calvas.

La idea de la verdad es un mito, cualquier ser medianamente inteligente no necesita que le digan ninguna verdad. Yo lo sé todo de una forma natural e incluso coloquial. Es más, cuando una boca me suelta una verdad, pasa automáticamente a ser mentira; siempre y cuando el sujeto sea merecedor de ello. No soy buen psicólogo, pero mis oídos pésimos para la música, captan las indecentes vibraciones de la mentira en rangos tan altos y profundos que los murciélagos me veneran.

Las mentiras siempre son graciosas y la verdad atufa tanto a mediocridad que resulta deprimente.

Soy suspicaz como un dios, susceptible y sistemáticamente escéptico.

Las putas por ejemplo (profesionales y profesionales sin cobrar y sin saberlo), en toda conversación y con mucha dignidad siempre dicen que van con la verdad por delante. Es irónico ¿no? Porque luego, durante o tras el servicio, te dicen que eres un machote y aún mastican chicle aburridas. No lo dicen para que te lo creas, pero tampoco estamos ante esa sinceridad desgarradora, ser puta no está reñido con ser mediocre también. Ocurre lo mismo con los electricistas como yo.

También hay hombres que alardean de ultra sinceridad; pero yo no me acerco a ellos porque no soy maricón; prefiero a las putas por muy sinceras que sean.

Es una constante que, quien alardea de ir siempre con la verdad por delante, es un mentiroso de mierda. Una cosa es ir con la verdad y otra cosa es que te creas tus propias mentiras y las divulgues como dogmas grabados en piedra por un Moisés que ha fumado demasiada maría.

La verdad es tan voluble que no se puede exigir debido a su mutabilidad.

Hay un dicho: Si no quieres que te mientan, no preguntes.

Estoy de acuerdo.

Así que esos grandes ejemplos vivientes y monumentales, tótems de la más humana sinceridad, que usen sus verdades para hacer el desayuno de sus hijos o para la higiene íntima personal.

Y a trabajar, que la jodida sinceridad ni da de comer ni ganas de follar. Ni siquiera os da carisma, sinceros de los cojones.

viernes, 13 de noviembre de 2020

Coronaviernes 13


Hoy es viernes 13, mal día para las sociedades supersticiosas del cine de habla inglesa. Y como hay globalización, también para los gitanos.

A mí al igual que el martes 13 español, me la pela.

Es viernes 13, y para mayor inri, con coronavirus.

Es un tanto morboso observar a la gente caminar atemorizada y deprimida por dos frentes a la vez, por la enfermedad y la superstición.

Bueno, ambas cosas son nada en este momento, pura estafa y engaño; pero ellos se cagan por la pata abajo, como si Jason, que además lleva mascarilla, (es un maníaco profiláctico, no sé a qué vienen tantos remilgos y miedos) les rondara el cuello con un puñal de trescientos metros de largo cargado de pelotitas de virus.

Hoy definitivamente me da la risa también; a pesar de tanto peligro, Valiente Cabrón son mis apellidos.

Precioso…

¡Buuu!


Compañero de mimos


Esta mierda del compañero de mimos debe tratarse del siguiente acto de la dictadura de la cobardía, el que sigue a los aplausos a los carceleros fascistas del encarcelamiento de la primera ola del coronavirus. Y los aplausos a los sanitarios que nadie conocía, a las cajeras del súper y al barrendero que no barría. Al “quédate en casa, que todo irá bien, idiota”.

Es que me tienen asqueado. La edad mental de la chusma está retrocediendo peligrosamente hacia la deficiencia en la misma medida que la cobardía, el conformismo y la pasividad suben pudriéndoles el cerebro.

Qué coño vacuna… Extinción humana es lo que necesita el planeta.

jueves, 12 de noviembre de 2020

Soy un buitre


Escribo cosas raras, mezquinas, imposibles, dolorosas, humillantes, sórdidas, degeneradas. Y describo con precisión quirúrgica la mediocridad que me rodea asfixiándome.

Y escribo del amor cuando existe.

Soy el carroñero de la literatura.

Alguien debía hacer el trabajo.


El Black Friday del fascismo español

 


miércoles, 11 de noviembre de 2020

Lugares y libertad


Los animales nos cansamos de tanta lluvia. Necesitamos secarnos.

La libertad puede ser tan fría como calurosa, tan húmeda como seca, tan violenta como serena.

Tan bella como hermosa.

Y así te recuestas en la hierba al sol o te escondes en la fronda del bosque.

Y sin darte apenas cuenta has hecho del planeta tu hogar y de tu casa un mal menor.

Porque cuando te alejas de la naturaleza, por cerca que estés, sientes que pierdes el tiempo malgastándolo en un lugar que ya no es tuyo y limita demasiado tu horizonte, ergo tu libertad. 


El santo patrón de los delincuentes


La delincuencia española debería declarar cualquier día del año elegido al azar, al coronavirus como patrón; agradeciendo así que gracias al encarcelamiento, la represión y el toque de queda del nuevo y normal fascismo español del coronavirus contra la ciudadanía; se han sacado a la policía de encima y así pueden robar a quien quieran y como quieran, sobre todo negocios ya permanentemente cerrados como gimnasios, bares y restaurantes; con absoluta comodidad y seguridad.

Incluso hoy mismo podría ser un día majo para dedicarlo a San Coronavirus o Santa Lacoví de los Delincuentes Descalzos del Amor de Jesús.

Y que sea por muchos años, que la bofia o policía, e incluso los voluntas de cruz roja y protección civil; se dediquen exclusivamente al acoso y agresión  al ciudadano inocente (les es mucho más fácil, seguro y divertido que vérselas con delincuentes; cobrando lo mismo… es lógico), robando su libertad y humillándolo con el uso paranoico y peligroso del bozal.

Y así, los atareados delincuentes puedan trabajar ya en paz para siempre.

Los cuerpos de seguridad del estado y privados (pero del estado también), se podrían ver beneficiados por la generosidad de la delincuencia española, al recibir un buen aguinaldo en agradecimiento al buen rollo que tienen ahora con la bofia; que se dedica exclusivamente a la vigilancia y acoso del ciudadano inocente, o sin historial delictivo; y pasan así las noches muy tranquilas patrullando lentamente con la seguridad que da ser amigos de los criminales y que los ciudadanos permanezcan debidamente encarcelados.

Incluso, en tan señalado día de la delincuencia española, podría decretar el nuevo y normal fascismo español, veinticuatro horas de encarcelamiento para todos los ciudadanos y dejar así que los afanosos criminales tengan un día relajado e impune como festejo a su patrón.


La información diaria española del coronavirus y su fascismo


Y aquí tenemos los regalazos de la prensa de un martes de mierda, Diez de Noviembre del Año de Nuestro Señor Coronavirus 2020.

Business Insider (¿dónde habrá comprado semejante cosa el fascismo español?) habla de que se volverán locos muchos. Bueno, si muchos que se lo creen son idiotas puede que la locura arregle algo. Debemos ser optimistas en esta época de terror y encarcelamiento domiciliario. Y lo que se callan muy zorros para mañana tener otro titular fácil, es que el coronavirus encoge dramáticamente el pene y las tetas. Y que analizaran a 69 millones de personas, es para partirse de risa por lo infantil de la mentira, y todos en un par de días. No jodas….

Y la cadena de televisión española La Sexta (de lo más amarillo, mentiroso y populista que existe en el mundo mundial de la información), aporta un bodrio de video, del cual podemos tener la absoluta garantía de que es una farsa más pagada por el nuevo y normal fascismo español del coronavirus. Yo no lo he visto, no puedo perder el tiempo en imbecilidades. Una foto vale, pero no soporto un video del gobierno y su prensa prostituta que sea más largo de un segundo.

El mensaje es claro: si no quieres sonda anal, obedece a tus nuevos y normales amos fascistas, ellos son tu salvación.

Decadencia de una sociedad

 


martes, 10 de noviembre de 2020

Ya han vuelto los serenos del franquismo asesino



Lo van a extender hasta convertirlo en normal, como es su fascismo de mierda.

Su toque de queda mierdoso lo van a eternizar como se eternizan los asesinos dictadores durante décadas.

Los caudillos españoles y sus secuaces los caciques autonómicos del nuevo y normal fascismo español, van a hacer de su glorioso toque de queda mierdoso, algo crónico como una enfermedad.

Y tendremos sin descanso, cada noche a los perros husmeando hambrientos en sus patrullas que avanzan lentas como reptiles venenosos a la caza, sedientos de recaudar dinero con sus bozales bien ajustados, para añadir a la impunidad ocultación. El coronavirus va de la mano del engaño, la ignorancia, el abuso y la corrupción.

Ya han vuelto los serviles, fieros e ignorantes serenos del franquismo asesino. Ahora, al igual que en China, a los perros con bozal se han de sumar los nuevos verdugos del régimen fascista español; se atisban nuevas actividades para paliar la ruina económica española. Lo que el coronavirus no mate, lo harán sus funcionarios verdugos.

La democracia se la han enrollado y metido en el ano profundamente.

Aunque nunca fue democracia de mierda.


lunes, 9 de noviembre de 2020

No descanses en paz


Si has vivido en paz, no desees descansar también en ella; porque es más de lo mismo.

Es muy posible que si mueres en paz, no puedas luego suicidarte en esa vida eterna, arrepentido de haberte metido en todo ese hastío de meliflua y eterna serenidad.

domingo, 8 de noviembre de 2020

De avestruces, caracoles e imbéciles


¿Es posible lo que estoy viviendo? ¿Que la imbecilidad haya llegado al límite de que gobernantes y gobernados crean que escondiéndose y dejando de vivir, la enfermedad se marchará aburrida al espacio exterior?

Que lo hagan los avestruces y caracoles es comprensible; pero ¿qué espantosa e indigna inteligencia puede tener un avestruz humano para dejar en manos de un político caracol, ladrón y analfabeto su libertad, salud y comida?

El planeta necesita una lepra fulminante, veloz como un infarto para depurar de una vez a la especie humana. Y extinguirla si no hay otra. Mientras muere la gente batiendo récords de velocidad, los crédulos podrían rezar así, con verdadero fervor y fe. Morir beato, es entrada gratuita al cielo.

Entre morir de asco o de enfermedad, me quedo con lo último, al menos con una aspirina calmas el dolor de cabeza. El asco no tiene paliativo alguno.

La imbecilidad requiere de sacrificio cruento, bien por tiro en la nuca, bien por veneno en las redes de agua potable. Algo parecido a lo que ahora se ha puesto de moda: matar visones por divertimento de coronavirus.

Siempre lo he dicho, con la fertilización artificial de hembras humanas, solo podía ir todo a peor.

El coronavirus intenta arreglarlo, pero hay tanto imbécil/avestruz/caracol, que no llega a pudrir los pulmones de los muchos y necesarios para ser una bendición.

Al final, lo que el coronavirus no mate, lo hará el hambre y la violencia.

Con lo rápido que sería una epidemia de derrames cerebrales…

Mierda, la cuestión es joder.

Otoño, los colores de la muerte



El otoño nace de la tierra que cambia la verde savia por una sangre venenosa.

Potente y radiactiva.

Los trágicos colores del otoño es la descomposición de los cadáveres todos que el planeta intenta escupir desde sus entrañas enfermas de tanta muerte.

Y en una lucha imposible de vencer las cosas vivas viran suave y letalmente al negro corrupto, hasta que llega la uniformidad gris del invierno que honra a los muertos todos.

La grisentería es silencio y paz tras la batalla.

Hasta una primavera en la que no todos los seres están seguros de poder llegar.


sábado, 7 de noviembre de 2020

Las perturbadoras maritetas


En un mural sobre hormigón hay estas cosas que me han hecho pensar seriamente sobre la decencia de la infantil inocencia.

Primero pensé que eran mariposas tetonas, luego pensé que bien podrían ser tetas voladoras.

Luego pensé que si volaran de verdad, las acogería en mi regazo, bien calentitas en mis hirvientes y lácteos testículos.

Luego en lamer esos preciosos y apetecibles pezones rosados.

Y me sobrevino una vergonzosa erección al imaginar sus erráticos y absolutamente voluptuosos movimientos al volar. Como mujer maciza corriendo por el parque; pero con más psicodelia.

Obsérvese que por lo emborronados que están los pezones, algunos ya se han arrodillado para mamarlos. Mi intuición para las cosas del follar y las depravaciones sexuales y reproductoras es de una precisión de cuatrocientos mil putos millones de tetapixeles, tetra… tetrapixeles

Me alegra no llegar a ese grado de degradación humana mamadora; mi erección así, es simple pecado venial; perfectamente perdonable e incluso aconsejable.

No he fotografiado en modo macro, no solo por el asunto del contexto y  la perspectiva general; es que me da grima acercarme demasiado a la pared, seguro que hay la suficiente sustancia orgánica para provocar cientos de embarazos, gonorreas y sífilis. Amén del santo coronavirus, claro.

viernes, 6 de noviembre de 2020

Las divertidas proporcionalidades



La alegría es inversamente proporcional al conocimiento y la elegancia.

La idiocia es directamente proporcional a la alegría.

La masturbación es directamente proporcional al aburrimiento.

El conocimiento debería ser proporcional a la edad; pero en la práctica se ha demostrado científicamente que es inverso.

La edad es directamente proporcional a la muerte, al cáncer de próstata y de mama.

Mi alegría es directamente proporcional a la magnitud de los accidentes sísmicos, cósmicos, meteorológicos, nucleares, bélicos y biológicos.

Llamadme anti cristo, si os place, no tengo ningún tipo de reparo en ello.

Mi vanidad es directamente proporcional a la masturbación.