sábado, 14 de marzo de 2020

Coronavirus capítulo un millón diez


Se han clausurado en un parque infantil dos venenosos toboganes y un temible balancín rompeculos.
No sé cuantos técnicos habrán sido necesarios para inmovilizar a esos diablos; pero estoy seguro de que han sido muchos durante mucho tiempo.
Así a ningún anciano se le ocurrirá jugar en ellos y ser devorado, andador y cochecito eléctrico incluidos. Jamás hubiera pensado que la corporación Umbrella (véase Resident Evil) fuera tan exhaustiva.
Yo, ni me he atrevido a acercarme a esas temibles bestias. Me da miedo.
Joder…
También ha habido ovaciones para el personal sanitario, no sé porque… Las ovaciones son para profesionales diligentes que no dejan que te mueras en una sala de espera de urgencias en cualquier fecha del año elegida al azar.
Sin embargo, a los que recogen la basura evitando que la gente se ahogue en mierda, ni un mísero letrero melindroso dibujado por el hijito bien adiestrado de unos papis chachis-pirulis votante-manifestantes crónicos, en ninguna ventana del planeta.

Optimismos democráticos


Si te encuentras un palo metido en el culo y es gratis, disfrútalo.
(Mensaje de contención y optimismo de las Democracias de la Globalidad. Meme institucional 246/2020)

viernes, 13 de marzo de 2020

Un bonito instante


Tengo suerte en algunos momentos.
No está mal para variar.
Es un caballo veloz, un auténtico Ferrari, de verdad, el rojo lo lleva por dentro.
No es mi amigo, comía su forraje y cuando ha visto la cámara, se ha acercado hasta mí para intercambiar unas miradas y dejarse hacer algunas fotos.
Lo habrán fotografiado miles de veces, porque lo hace bien, posar.
Seguro que es mejor persona que yo, son cosas que noto.
Es un bello animal, él lo sabe porque observa con curiosidad mi mediocridad sin ofenderme.
Debe tener una vanidad innata, no como algunos humanos que la tienen ponzoñosa y los hace feos hasta el vómito.
Le debería haber dicho que es una magnífica criatura y agradecer su compañía. Y que repentinamente le he tomado aprecio.
Pero soy más tímido que él.
Si se diera el caso, jamás me subiría encima de él, me limitaría a caminar un rato a su lado, como una bestia más.

La peste, de Albert Camus


Es el momento ideal de leer esta novela. Es sumamente edificante ¡Ja!; pero sobre todo decente y dura como un mazo.
Sin sonrisas facilonas de idiotas, sin mensajes de adolescentes adiestrados en la superación heroica. Sin magias ni milagros.
Solo para adultos, adultos que sean capaces en estos tiempos ignorantes, de leer algo serio como el filo que corta la carne.
Bravo por Camus y su ahora, tan acertada lectura.
La muerte sin ornamentos es de agradecer.
Moriréis todos... ¡Buuuu...!😛😛😛😛

jueves, 12 de marzo de 2020

Ochocientas pulgadas



Lo peor que te puede ocurrir al hacer una foto es que te salga un imbécil en ella, en algún rincón o margen cuando la examinas ampliada. Es tan deprimente y árido tener que trabajar con clonador y borrador para eliminar al cerdo…
Los visores de las cámaras fotográficas deberían ser de ochocientas pulgadas, como los televisores que ansía la chusma para ver sus aberraciones favoritas.

PRESO (reflexiones del coronavirus)


Y ahora que a la chusma le han privado de sus amadas e incruentas manifestaciones socio-festivas semanales, les han quitado las fallas, se van a cancelar partidos de fútbol y viajes ¿Qué harán?
¿Qué pasará con las grandes manadas estabuladas que trashuman en masa hacia la playa los fines de semana?
¿Se sumará al coronavirus una gran y liberadora epidemia de depresiones y sus necesarios suicidios? Si es así ¿cuándo?
Esta impaciencia mía es un sinvivir.
El coronavirus debería llamarse “La peste de las redes sociales (PRESO)”, porque aunque no se propaga por internet, tiene la misma velocidad de contagio que la imbecilidad, la ignorancia y la mentira en las redes sociales (incluidas las grandes congregaciones de ganado en eventos culturales, políticos o sociales de mierda).
Es precioso cuando todo cuadra.
Y es que si me están tocando los cojones (irritándolos) a todas putas horas con el coronavirus, yo también tengo lo mío que denigrar. Y además con donaire, verbigracia, gracejo e ingenio.

miércoles, 11 de marzo de 2020

Cobardes y mezquinos acaparando


Gracias al coronavirus, las grandes manadas humanas de manifestantes que estaban fuera control, ahora miran con ojos aterrados a sus pastores pidiendo salvación.
Esas ratas cobardes que se han apresurado a acaparar grandes cantidades de comida en los supermercados…
Gracias también a las redes sociales y la inmediatez de la potente información carroñera, podemos admirar en todo su esplendor, y en streaming, la mezquina cobardía humana acaparadora.
Es tan fascinante ver a todos esos avariciosos cobardes roedores de dos patas, como ver las tan cacareadas y raras lunas de sangre; esas que dicen que se forman cada mucho tiempo, y sin embargo en las noticias aparece alguna cada dos meses.

¿Nacen o aprenden?


La puta ¿nace o se hace?
Por analogía, la/el/política/o ¿nace o se hace?
Otra analogía, el cerdo ¿nace o se hace?
Siento haber metido a las putas en esto, las adoro.

martes, 10 de marzo de 2020

Iconoclasta dice


Hay personas tan y tan malas que les pegas fuego y en lugar de arder se derriten como un mal plástico.
A éstas es mejor cortarlas en trozos para obtener alguna satisfacción con su asesinato.

La hipocresía de lo obvio




La violencia es el don más precioso que Dios nos ha dado. Es un pecado mortal castigarla.

El dolor es otro don de Dios; pero nadie lo prohíbe o castiga.

Es la hipocresía de lo obvio llevada a la indecencia pornográfica.

Todos contra el virus




Ante la rápida propagación del corona(beer)virus, se han convocado masivas manifestaciones en todo el mundo para condenarlo con el lema: "No te temo, yo no me lavo las manos".

Finalizarán los actos con una cadena de besos y abrazos de paz y amor entre los participantes.

lunes, 9 de marzo de 2020

Más del carajovirus



Sigo pensando que esto del coronavirus es muy oportuno. Al poder y a los supermillonarios les ha proporcionado la excusa ideal para declarar otra crisis económica y robarle el dinero a los trabajadores y así, acaparar más poder y riqueza con el beneplácito del silencio de los corderos temerosos del carajovirus.

Y no deja de tener cierta apariencia de oráculo aciago, al estar próximas las fiestas religiosas de la semana santa.

En las fallas de Valencia arderán como en la edad media montañas de cadáveres. Soy único imaginando películas distópicas.

Afortunadamente los solitarios están razonablemente a salvo de las epidemias globales.

Tal vez el coronavirus sea también una buena herramienta de la naturaleza, para que los valientes solitarios dejen su mensaje genético con más fuerza.

El coronavirus tiene un remedio eficaz al igual que todas las enfermedades contagiosas: mantener una distancia digna e higiénica de otros seres humanos. La soledad, además de hermosa, es profiláctica.

domingo, 8 de marzo de 2020

El planeta y uno de sus defectos


El planeta tiene un gran defecto: los insectos, los repugnantes insectos, los feos insectos, los crujientes insectos, los sucios insectos, los putos insectos. Los exterminables insectos.
¡Ah! Y los radicales, los repugnantes radicales, los feos radicales, los crujientes radicales, los sucios radicales, los putos radicales. Los exterminables radicales.

Hombre hastiado




Hombre hastiado de observar el mundo contempla sin interés lo que aún queda de él sin ningún tipo de alegría o angustia.
Hombre hastiado se ha fotografiado porque no estaba seguro de aún existir.

sábado, 7 de marzo de 2020

Prisión lunar


No hay prisiones en la luna.
La luna es la que, a través de las ciudades y sus rejas, nos convierte en ávidos y tristes prisioneros contemplativos.
Baña de luz blanca y resalta lo que hace miles de años perdió la mezquina humanidad por firmar un repugnante contrato social de obediencia y esclavitud.
Inocentes condenados injustamente a ver el universo por encima de las rejas de una prisión.
Y así hasta morir sin ningún tipo de alegría.