Todos los caudillos y dictadores hispanoamericanos usan la misma retórica: los que ahora viven y trabajan que se jodan y se pudran, porque importan los jóvenes y los que aún no han nacido.
Debéis morir por ellos tranquilamente de asco y hastío, sabiendo que yo me preocuparé de que los jóvenes sean felices y viven bien.
Es la retórica de los fariseos, estafadores, curalotodos e inútiles para el cargo que ocupan.
La cuestión es robar y si es filantrópicamente, tal vez el papa los beatifique también cuando mueran.
Es más mierda de lo mismo.
Mismo día, misma basura, mismo cabrón ladrón asesino escupiendo veneno; con mano que no tiembla arrasando libertades, necesidades biológicas y ética.
No hay comentarios:
Publicar un comentario