Otro bando del Gobierno Penitenciario Fascista Español Homosexual Sanitario avisando a la plebe de que continuarán los trabajos para adaptar las líneas eléctricas al nuevo régimen nazi.
Todo fascismo precisa controlar férreamente a la población: racionar la comida, la electricidad, el gas, el agua, la gasolina, pudrir la cultura, pudrir la salud, controlar la respiración y humillar con la imposición del bozal (mascarilla en jerga nazi) y aplicar impuestos de usura.
No hay nada que enorgullezca más a un nazi, que ver las colas que provoca con el racionamiento de alimentos en la población. Lo mismo con las necesidades básicas, el mismo concepto para distintos temas.
Dice este bando fascista que se trata de tareas para aumentar la calidad del suministro eléctrico; pero es decir tanto como mejorar la calidad de los hornos de Auschwitz, para que rindieran mejor.
Desde la primavera pasada, el gobierno penitenciario homosexual sanitario español en todas sus taifas y en connivencia con sus caciques autonómicos nazis está amañando las redes eléctricas para ejercer su cuasi genocida control y racionar la electricidad cuando lo crea preciso. Es una medida doctrinal ideológica, una liturgia para erradicar toda sensación de esperanza de libertad en el populacho español.
Se pasaron todo el puto verano 2022, avisando de que llegaban días difíciles y aquí los tenemos, cada vez son más las calles y barrios que caen bajo el yugo del fascismo o nazismo chino.
De este modo mostrarán los jerarcas penitenciarios fascistas homosexuales sanitarios a la población, en estas navidades e invierno; cómo el nazismo controla y restringe toda actividad en todo momento que así lo decida, porque ha instaurado el control de sus vidas, calle a calle, barrio a barrio, semana a semana, mes a mes.
En este caso se anuncia que en un pueblo español, cortarán la electricidad durante cinco horas para instalar los instrumentos de control nazi, en diecisiete calles. Y en este lote, ya se podrá controlar definitivamente y con precisión por el régimen nazi español, los próximos racionamientos eléctricos de castigo y educación a la población.
Y cada mes continuará así, cortando suministro eléctrico en todo el territorio español, para después “teletrabajando” el funcionario o jerarca nazi controlador desde un despachito, desconectar los barrios que entren en la lotería de racionamiento del nazismo chino en España.
Y con toda probabilidad, los vecinos de las calles elegidas, cenando a oscuras aplaudirán a su caudillo homosexual, a sus caciques autonómicos nazis homosexuales y a todo aquel funcionario sanitario homosexual que los trate como mierda, como aplaudió en su día su propio encarcelamiento y represión; y como lo hicieron abuelos y padres con Franco.
España es un nicho ponzoñoso de un fascismo endémico y endogámico.
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