Aunque con palabras amables, el cómico tiene toda la terrorífica razón del mundo: donde se dice poder, hay que leer joder, fascismo y corrupción.
Donde dice público hay que leer chusma ignorante y cobarde, domesticada al nuevo nazismo europeo.
La piel fina, es simplemente una capa de imbecilidad y mansedumbre.
El público desde el 2020, se dedicó a aplaudir a sus amos ganaderos fascistas desde la prisión de sus casas; y el fascismo se elevó a rango de sacerdocio entregando el bozal y la inyección inservible a esa masa cobarde para que comulgara con su credo.
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