jueves, 23 de julio de 2015

Yo ateo


Una larga cabellera negra y rizada, piel chocolate y vestido blanco.
Y la impúdica lluvia haciendo de ella deidad humedeciendo su ropaje.
Y luego dicen precisamente las divinidades y sus secuaces, que blasfemar y tener pensamientos impuros es delito teológico castigado con severas penas que van muy bien cuando hay que despegar el trocito de papel higiénico del rulo de cartón y es insuficiente.
Pero ella es una diosa disidente y yo un carnal ateo.
Y la lluvia está de acuerdo, habemus papa.

No hay comentarios: