miércoles, 1 de mayo de 2013

Día internacional de los trabajadores



Es algo que no se debería confundir: el primero de mayo no es el día del trabajo.
Mientras que el trabajo es el invento de la codicia, el poder y la usura; los trabajadores son las víctimas o los esclavos del trabajo (no es solo victimismo, hay que reconocer cierto grado de deficiencia mental universal en el obrero).
Así que si se celebra por incultura o por pereza de usar más palabras “el día del trabajo”, se hace mofa y escarnio del trabajador (cosa de la que no se entera el obrero, sinceramente).
Y si se celebra el día del trabajador, se santifica la mediocridad, los deportes de equipo, el tabaco cada día más caro y la cerveza cada día más barata.
Es todo tan sencillo, que las cosas irían mucho mejor si la peña supiera leer y escribir correctamente.
Estamos abandonados a la sintaxis caprichosa de cada cual.
Halabado sea el travajo y el señor en las halturas.
Bonito de verdad, kamaradas.

Buen sexo.
Iconoclasta

martes, 23 de abril de 2013

Montoncitos de basura



¿Hoy es ayer o ya es mañana?
Otra vez me despierto, fumo y hay montoncitos de mierda que alguien deja en los sobres de los sitios porque le molesta ir a un cubo de basura.
Los bohemios, la gente de espíritu libre y los muy muy inteligentes son gente despistada.
Yo arrastro con el brazo la mierda al suelo, no soy inteligente ni lo podré ser. Solo soy enérgico.
Y puedo ser tan sucio como ellos, con mucha menos simpatía.
Es fácil ser sucio, los comprendo.
Hoy es ayer, tal vez estoy en otro día, la mierda es atemporal.
Montoncitos de basura…
Y los piso…

Buen sexo
Iconoclasta

miércoles, 17 de abril de 2013

Malos muertos




Que mueran los malos no es algo habitual. Es un hecho extraordinario que se da en muy pocas ocasiones.
Es por ello que debe celebrarse cada muerte de un dirigente político, rey, dictador, militar y sobre todo, de un juez o magistrado.
Son cosas que me hacen tanta ilusión, que me dan ganas de correr hacia sus tumbas para pegar unas patadas en la tierra y apisonarla bien para que jamás puedan salir esos bichos y hundirlos más en el poético infierno.
A veces soy tan cándido y fantasioso…
Este año es especialmente feliz, en los primeros cuatro meses, tenemos dos malos bichos muertos: El Chávez y la Thatcher. Eso sin contar a algún juez que ha muerto con el hígado deshecho por algún cáncer y del cual no nos hemos enterado.
¡Qué tonto soy! Pues ¿no voy y me emociono? Desde luego da gusto ver lo lustroso que está. Si me viera mi santa ahora...
Me voy a masturbar, luego compro unos cohetes que no sean como los horteras esos que se lanzan en los partidos del Barça y me fumo un porro contento perdido.
¡Qué nervios…!
Solo faltaría para hacer más redondo el día, que las putas trabajaran gratis.
Precioso.

Buen sexo.
Iconoclasta

La gracia de la vida




No acabo de ver la gracia a la vida:
Te despiertas y te llenas los pies de porquería si no atinas a calzarte las pantunflas.
Te despiertas y lavas platos.
Te despiertas y recoges mierda en bolsas.
Te despiertas y cagas y meas.
Te despiertas y te vas a la mierda de trabajo con el que malvives.
Te despiertas y sigue vivo quien debería estar muerto.
Te despiertas y el cigarro solo dura una fracción de segundo. Las casi veinticuatro horas restantes, se dedican plenamente a sacar mierda y a padecer hastío.
A prostituirse por unas monedas.
Es por ello, que me parecen amenos los programas, noticias y películas en las que hay niños muertos en brazos de sus padres, madres y hermanos.
Incluso cuando están tirados en el suelo de un desierto con un buitre que los sigue para comérselos aún vivos (buena y vieja foto de lo que los idiotas hacen con sus hijos: abandonarlos al hambre y la muerte).
Ver la mierda en casa de otros, da sosiego.
Un niño muerto es un soplo de serenidad a un día mierdoso. Me provoca una romántica y beatífica envidia al pensar que algunos se escabullen de la mierda para ir a parar al mismo sitio, más rápidos y mejor conservados.
Alguien con una gran cultura como yo, siempre pensará que morir no es tanto drama, que tiene sus ventajas para los que viven y los que mueren.
Me despierto y me asqueo.

Buen sexo
Iconoclasta

viernes, 22 de marzo de 2013

Danzantes prehispánicos y otras hierbas




El folclore y las tradiciones están muy bien. Son necesarias para preservar la cultura y crean nostalgias entrañables; pero me rechinan los dientes cuando en un semáforo se me acerca un tipo con taparrabos y plumas y díceme: Soy universitario.
Me quedo bizco ante el taparrabos y las plumas, imaginando a Hernán Cortés sujetándolo con un mecate atado al cuello. Recapacito sobre las culturas en las que las mujeres, suajilis y masais por ejemplo, exhiben sus tetas sin pudor (para que tengan interés antropológico no han de superar los veinte años, de lo contrario hay que observar sus pezones dirigiendo la mirada a sus tobillos) a los turistas y en los documentales, maldiciendo mi suerte de que siempre me toque macho en los semáforos.
Y respóndole: Pues yo creo en las formaciones calizas de las cuevas en forma de nabo.
Y arranco el coche antes de que me ponga bajo la nariz una lata oxidada de trozos de melocotones para que le tire unos pesos que pienso invertir en tabaco.
A través del retrovisor observo una estela de plumas de pollo revoloteando en el aire.
Tengo una vena poética…
Excelso.

Buen sexo.
Iconoclasta