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miércoles, 17 de abril de 2013

Malos muertos




Que mueran los malos no es algo habitual. Es un hecho extraordinario que se da en muy pocas ocasiones.
Es por ello que debe celebrarse cada muerte de un dirigente político, rey, dictador, militar y sobre todo, de un juez o magistrado.
Son cosas que me hacen tanta ilusión, que me dan ganas de correr hacia sus tumbas para pegar unas patadas en la tierra y apisonarla bien para que jamás puedan salir esos bichos y hundirlos más en el poético infierno.
A veces soy tan cándido y fantasioso…
Este año es especialmente feliz, en los primeros cuatro meses, tenemos dos malos bichos muertos: El Chávez y la Thatcher. Eso sin contar a algún juez que ha muerto con el hígado deshecho por algún cáncer y del cual no nos hemos enterado.
¡Qué tonto soy! Pues ¿no voy y me emociono? Desde luego da gusto ver lo lustroso que está. Si me viera mi santa ahora...
Me voy a masturbar, luego compro unos cohetes que no sean como los horteras esos que se lanzan en los partidos del Barça y me fumo un porro contento perdido.
¡Qué nervios…!
Solo faltaría para hacer más redondo el día, que las putas trabajaran gratis.
Precioso.

Buen sexo.
Iconoclasta

jueves, 7 de marzo de 2013

Hugo Chávez, la movilización del ejército y la policía




Aparte del drama que representa para otros la muerte de un político y dictador querido por ellos y solo por ellos, lo que más me ha hecho sonreír y pensar de la muerte de este tío (el Chávez), es que en cuanto se supo que la había palmado, se movilizó el ejército y la policía en todo el país, Venezuela para más señas.

¿Para qué se moviliza el ejército y a la policía? Seguramente será para evitar que el pueblo se suicide en masa por la muerte de su padre, presidente y sacerdote. Cuando a un tipo se le quiere tanto y se muere, el pueblo como es valiente, culto y decidido, lo sigue hasta en la muerte.

Y es que no hay otra razón por la cual en un país donde se ama tanto a su presidente muerto, sea necesario el ejército y la policía. A menos que quieran lucirse en las fotos aéreas con esas multitudes, seguramente a punto de suicidarse por amor al jefe.

O eso, o es que los militares desconfían del amor de su pueblo.

No… Imposible…

Y todo esto me lleva a pensar que de Cuba, más que con los médicos, me quedo con los Partagás, sinceramente. Aunque me nazca un hijo de color gris y se me caiga la lengua a trozos.

Hugo rima con tarugo.
Es que me parto.

Buen sexo.
Iconoclasta

domingo, 7 de octubre de 2012

La estupidez de los códigos de "justicia"




Matar no debería ser un delito si matas a una mala persona.
El asesinato en muchos casos es un acto de justicia exento de sanción administrativa, legal o moral, en función de la vida de la víctima.
El ser humano no puede ser juzgado tan básicamente como dictan las leyes que han sido redactadas por seres realmente abstrusos en cuanto a que ni ellos mismos supieron jamás siquiera donde cagaban.
El humano tiene sus necesidades y amar, odiar, proteger y matar forma parte de su naturaleza. Las leyes se han de hacer en función de los seres humanos y no de los borregos.
Hay gente que debería morir incluso antes de nacer.
Es mejor y más justo juzgar la vida del asesinado y tomar testimonio de sus amigos para discernir si es justa o no su muerte.
Ya que jueces y leyes son incapaces de resolver las causas de los delitos con un mínimo de justicia y lógica, lo que se debe hacer es revisar los códigos de leyes penales para que se adapten a la naturaleza humana. Y que se metan en el culo los tan cacareados códigos de justicia romana, que son ni más ni menos que el origen de toda esta mierda de legislación.
Los actuales códigos, son herejía, una publicación pornográfica que insulta al ser humano.
Dios es la patraña que justifica en los juzgados y cortes la injusticia y la deshonestidad. Dios debería ser juzgado por omisión y prevaricación.
Los jueces y políticos castrados y enviados al espacio para que gocen de la ingravidez y de una atmósfera libre de oxígeno.
Y me cago en el “no robarás”.

Buen sexo.
Iconoclasta

viernes, 5 de octubre de 2012

Transmigración




El budismo no lo acaba de explicar bien: ¿Cómo puede transmigrar un alma maltrecha, con una energía que apenas provoca una mísera emoción y mucho menos una idea interesante? Deberían morir las almas taradas que se reencarnan en personalidades de renombre.
El mundo de la política (o el tráfico de drogas), los militares y los religiosos son ejemplo de este tipo de transmigración del alma degenerativa y tarada que provoca la aparición de líderes suficientemente idiotas para que la chusma les vote en eso que llaman eufemísticamente democracias debidamente repartidas por todo el planeta.
Si al menos no vinieran con el cuento ese de la libertad, nos ahorrarían perder el tiempo votando y eligiendo al menos cabrón.
Om…
Precioso el color de las auras.

Buen sexo.
Iconoclasta