Cuando escucho una marcha militar me vienen a
la cabeza imágenes de abuso y muerte en nombre de un orgullo que está solo en
la mente de los ignorantes.
Besar la
bandera me recuerda esos grabados antiguos en los que una mujer besa el culo de
un diablo con patas de cabra. Cantar el himno es un juramento a la esclavitud y
la muerte de la imaginación.
Los patriotas son carne de cañón y sus hijos
la continuidad de la ignorancia y la docilidad.
Y así el hombre ya no avanza hacia nuevas etapas
de libertad y bienestar, simplemente es arrastrado por unos pocos individuos que
con su dinero y poder, representan el 99 % de la inteligencia y la voluntad
humana.
Desde que los animales dejaron de comer
humanos, cesó la selección natural y con ello, la mejora de la especie humana.
Ahora nace todo, cualquier niño crecerá y no
morirá a pesar de sus deficiencias y carencias. Se reproducirá con el único fin
de servir de carnaza y modelo a eternizar al servicio de los que ostentan el poder
y ejercen con paternalismo su tiranía.
No es bueno ni es malo, es simplemente así y
no puede ser de otra forma dado el carácter de la chusma.
Si hay granjas de cerdos, es lógico que las
haya de personas.
Hay pocas cosas que se han mantenido intactas
a lo largo de los milenios, las ciudades y las civilizaciones caen; pero la religión
y el fervor patriota, siguen inalterables a lo largo de los siglos.
Lo que tienen en común ambos dogmas es la total
ausencia de libertad individual, el sacrificio por Dios y la Patria y el desprecio
absoluto por la imaginación y el desarrollo del individuo.
Lo más obsceno de todo esto, es que la chusma
sigue creyendo en ambas cosas con fervor imbécil.
Millones de cuerpos y un solo pensamiento.
Es deprimente, casi tanto como aburrido y
previsible.
Mi mano en los cojones.¡Ar!
Buen sexo
Iconoclasta