viernes, 21 de agosto de 2020

El paralizador miedo a la muerte


Morir es una cuestión aleatoria, nadie puede evitarlo o retrasarlo.
Adelantarlo sí, es una de las pocas ventajas de vivir.
Así que ¿por qué preocuparse?
La obsesión por el miedo a morir es el resultado de una degeneración en el modo de vida humano.
La carencia de un lugar y tiempo para que los humanos se comporten como animales, como su naturaleza dicta, los ha convertido en un rebaño pusilánime y sumamente hipócrita.
Esta sociedad de ciudades, tecnología y bienestar basado en mercantilismo, está abocada a la ruina y la destrucción. Ya ha habido un avance de como continuará la película con la histeria montada en torno al coronavirus, como si miles y miles de gallinas cacarearan asustadas en la granja donde están hacinadas para poner huevos o ser sacrificadas.
Es imposible una metáfora digna para explicar la realidad de esta sociedad repugnante donde me parieron.
Los grandes rebaños humanos van a experimentar un hambre y una violencia como jamás se ha visto en su gran número y extensión.
Se llevará a cabo una criba genética por medios realmente traumáticos, tanto de simple chusma como de políticos y jefes de estado.
Los que sobrevivan (una pequeña minoría) será mejor que hagan las cosas bien y no creen más infecciosas ciudades; de lo contrario la especie humana para suerte o por desgracia, se extinguirá.
Puede que no ocurra así, que no haya un violento holocausto de hambre y violencia; pero me lo paso bien soñando cosas buenas; no cuesta dinero y me la pone dura.

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