domingo, 23 de agosto de 2020

Con el calor que hace


El barbudo de mirada triste se me acercó alzando una mano a modo de saludo, en la palma tenía una vieja cicatriz circular, como si le hubieran clavado algo.
Y díjome sin mascarilla, con pesar:
- Son tiempos de enfermedad y dolor.
Y díjele yo con un calor que te cagas, sin mascarilla, displicente:
- Toma dos euros y déjame en paz.
Le deposité la moneda en la palma de la mano que, cubrió su cicatriz perfectamente.
Y continuó su camino con un suspiro.
Yonquis…

No hay comentarios: