Odio con toda mi alma (si la tuviera) el país que en nombre de su cobardía e ignorancia me ha robado la libertad por más de tres meses.
Parafraseando el escudo franquista español: España, una, pequeña, cobarde, sucia y venenosa.
Deseo su extinción por coronavirus o calcinación.
Y si fuera Dios, en este mismo instante debería recurrir a mi diario para recordar en que fecha dejó de existir semejante cosa de país.
Sé que desgraciadamente no se cumplirá mi deseo; pero no puedo evitar dar rienda suelta a mi imaginación pueril y bienintencionada. En mis sueños solo mandan mis cojones.
Y mi odio es tan real que me salen sarpullidos en la piel.
Me voy a untar la polla con crema, me pica el pijo.
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