La fuerzas armadas y policías de toda calaña han desarrollado un notable complejo fascioso de superioridad y poder, como en los tiempos de oscuros regímenes asesinos. Y a su vez, los demócratas y sentidos ciudadanos (aquellos que se manifestaban en grandes rebaños hermanados y felices, solidarios hasta la náusea), piden que se identifique y marque al enfermo. Que lo quemen si hace falta; pero que no ronde las calles, que no se acerque.
#todosomosnaziscontracovid19, dicen a coro con sus hijitos, resguardados con fervor y fe en sus casas, con sus brazaletes de aplaudidores de las ocho de la tarde.
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