martes, 3 de marzo de 2020

La ley de la decepción


No vale la pena un gran esfuerzo y su dolor para conseguir algo.
Cuando has pasado por toda clase de penurias, acabas cuestionando si de verdad ha valido la pena “eso” para tanto sacrificio.
Y ocurre con todas las cosas orgánicas e inorgánicas por las que se lucha.
Los dolores y los sacrificios prolongados convierten en frustración lo que se ansiaba.
Es la ley de la decepción y el tiempo perdido.
Y yo soy el Verbo.

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