domingo, 3 de marzo de 2019

Nunca fuimos ángeles


El título supera a la película, es casi metafísico.
Porque ¿quién quiere ser ángel, un esclavo de dios? Si ahoga la esclavitud de los mortales, la de dios debe ser castrante.
Cuando se afirma algo así, es porque alguien está deprimido por la bondad humana y su escasez.
Alguien un tanto ingenuo.
Mi radio de acción de la bondad, apenas tiene medio metro de alcance a mi alrededor, sería una banalidad inocentona afirmar que nunca fui ángel.
Soy un isótopo de baja radiactividad bondadosa. Qué le vamos a hacer…
Y si quedara alguna duda, siempre quise ser lo contrario de ángel.
De hecho, ni siquiera he tenido la “angelidad” como una opción de vida o de actitud. Tengo otras cosas que hacer desde que nací. Cosas más importantes.
Nunca fuimos ángeles… El título supera con mucho en interés a la vieja película, vaya que sí.

No hay comentarios: