domingo, 16 de septiembre de 2018

Idlib: otra gran hipocresía


Diplomáticos y políticos de exteriores son los actuales sacerdotes de la secta farisea.
No entiendo (sí que lo entiendo: dinero por un trabajo que no es tal, solo un divertimento banal para ambiciosos hijos de ricos) porque tanta algarabía de retórica sentimentaloide por Idlib, ciudad de Siria atiborrada de yihaidistas.
Es bueno que mueran los malos, los yihaidistas.
Muy bueno.
Tal vez, a las familias de esos arribistas ambiciosos de falso talante progre y tolerante, respetuosos hacia toda vida por cerda que sea; las debería atropellar un subnormal conduciendo un camión o camioneta gritando que el puto Alá es grande.
Cosa que les encantaría, porque les daría un empujón a su carrera política otorgándoles un halo de santidad que explotarían pidiendo paz en nombre de sus hijos muertos.
Qué puta mierda…
Hay que leer La Torá y observar la estricta y correcta ejecución de la ley del Talión. Es la única que puede reparar los daños que se han hecho y declarar a los vencidos muertos y a los triunfadores trabajando de una puta vez. Sin más discusiones inacabables que dan dolor de cabeza y aburren a las ovejas que balan desesperadas porque no pueden apagar la puta televisión.
Confío en los judíos y su sincera capacidad de odio y venganza.
Eso es talante y lo demás es mierda.
La política eterniza las guerras, y también el afán de ser el más bueno y piojoso tolerante en las redes sociales y medios de comunicación.
Parafraseando a Jesucristo con aquello de “Dejad que los niños se acerquen a mí”: Dejad que yihaidistas y otros musulmanes se maten entre sí.
Porque lo malo es bueno que muera.
Y lo que es más importante: en mi casa hago lo que me sale de la polla, independientemente de a quien le guste o no. Es justamente lo que están diciendo mientras matan tan ricamente.
Como siempre, no es mi problema; pero si todos dicen sus imbecilidades, yo también puede decir mis absolutas e inquebrantables verdades.
Y además, no cobro ni un cochino céntimo.
Me deberían felar largo y tendido por ello.

No hay comentarios: