martes, 13 de diciembre de 2016

Lo robado


- El horizonte es espectacular. ¡Por fin! ¡He ganado!
- ¿El qué?
- Tienes razón...
- No se gana lo que es tuyo, simplemente recuperas lo que te robaron. 
La libertad y por tanto el tiempo, eran tuyos de nacimiento, no confundas.
No es cosa de alegrarse, no es digno. Contente.
Ha de haber rencor por la libertad robada. Ira.
Y si pudieras devolver el mal que se te ha hecho, tu erección será eterna y Dios te la chupará por lo chingón que eres.
- Vaya... No me lo pones fácil. Mejor le pago veinte euros a la Montse por una mamada. No importa que no sea divina. Porque hay tantos que matar, que purgar... No creo llegar a tiempo para que nos la chupe Dios.
- Es igual, nos basta con ser excepcionales.
- ¿Quién paga la mamada? ¿Yo o yo?
- Yo.
- Genial. Estamos bien provistos de incongruencia.
- Somos múltiples. Es divertido.
- ¿Aún conservará aquel diente roto la Montse?
- Seguro que sí.
- Es que rasca.
- Ya...

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