martes, 6 de diciembre de 2016

La niebla



No sé  bien qué hago aquí, ante el mal presagio que las vacas presienten.
El prado está vacío de ellas, temen que la niebla contenga muerte.
¿Es la muerte la que provoca un frío intenso que hace insensibles los dedos de los pies, que se mueven dentro del calzado intentando en vano calentar la sangre?
Esperaré a ver que pasa, esperaré la magia, cualquiera.
Por letal que sea.
El frío subirá al corazón...
La muerte y sus fríos dedos cauterizadores de vida acariciaran mi pecho.
Porque de cobijo ya he tenido suficiente, busco tragedia para frenar toda esa vulgaridad que he vivido año tras año.
Y la niebla arrastra consigo la esperanza de un final digno, de una romántica y gótica muerte.
Sin que nadie se entere, a solas.
Follar con la muerte... Me la pone dura.

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