viernes, 16 de diciembre de 2016

La razón perdida


La razón se perdió entre fibras y músculos que desean contraerse, expandirse y poner en jaque el sistema vascular con algo de liberadora ira.
La razón se cansa y el músculo toma el mando. La cabeza es meramente funcional entonces, un borrón de lo que a veces soy.
Y está bien no reconocerse, es sosiego y descargo.

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