martes, 27 de diciembre de 2016

El caos invernal


Así es el invierno entre altas montañas: caótico.
Niebla y humo arrastrándose entre los árboles, levantando aromas viejos como la tierra.
El cobijo de una chimenea, el vapor del manto de pequeñas y anónimas muertes extendiéndose en bajo, para de una forma irónica dar más vida.
Y siento querer ser humo.
¿Quién necesita adorar a dioses cuando la vida misma es enigma y un hermoso caos que parece robar un latido al corazón ante su espectacular visión?
Insisto... Ser humo y filtrarme fantasmal entre tus labios, arrastrarme cálido por tus piernas y penetrarte caóticamente del coño hasta el alma...
Ser caos por tu piel difuminando tus pechos y tus manos.
Dejar de ser dentro de ti. Como un no parir.
Un dulce morir.
No sé qué...
Siento la nostalgia oprimir mis pulmones.
No importa, soy humo, soy niebla, no tengo pulmones.

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