lunes, 3 de octubre de 2016

Pobres viejos roqueros


Dicen que los viejos roqueros nunca mueren. Me gustaría creerlo, algo de magia no puede hacer daño.
Pero está muerto, con una congelada y eterna sonrisa.
Y es un poco triste, estoy seguro de que era un buen tipo.
¿Y si no sabe que está muerto?
Mejor no le digo la verdad. La verdad siempre es tóxica.
Él y yo nos conformamos con mentiras.
Los viejos locos nunca mueren; me temo que es el mismo caso de los roqueros. No me preocupa, incluso siento una destructiva curiosidad por lo confortable de mi ataúd.

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