La decepcionante ventaja de cojear tan lentamente, es que puedo fotografiar mi futuro inmediato. Aún así tengo esperanzas de romper la monótona tristeza de unas piedras polvorientas: podría caer, astillarse mi podrida tibia y fotografiar algo con más color y alegría, como la sangre y la cerúlea tonalidad de un hueso astillado emergiendo de la carne.
Pequeños pasos, pequeñas truculencias.
Sé como divertirme a pesar de todo.
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