Y aquí una muestra de las piedras que habitan el río. Obsérvese con admiración la cantidad y variedad: las hay grandes y menos grandes y pequeñas y menos pequeñas. Y en medio de toda esa riqueza mineral, un pececillo espera fumando a que lleguen las próximas lluvias charlando con un canto rodado menos grande.
Precioso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario