miércoles, 6 de julio de 2016

La sonrisa de una figurita


Yo es que de ingenuo no tengo nada, el niño no es feliz por el helado que lleva en las manos. Su gesto es la pura esencia de la lujuria.
Tal vez su mamá lo espera en casa para hacerlo un hombre de verdad.
No sé, a veces pienso cosas que podrían ser feas para los más comunes de la sociedad; pero bien miradas, son maravillosas. Un curso acelerado de mamadas por parte de mamá puede cambiar por completo el futuro de su hijo y así no hacer el idiota con un cucurucho por la calle.
Lo digo porque esa es más o menos mi sonrisa feliz para el sexo más sucio que ser humano pudiera imaginar. Solo que la mía es un poco más oscura que la de la figurita de la tienda de helados.
Mi madre no me hizo nunca una mamada, pero debería haberlo hecho.
Ni las madres son perfectas.
Mierda de planeta...

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