¿Ves cómo haces tambalear mi realidad?
Mi mundo ya no son las líneas y perspectivas que creía conocer.
Observo la rampa, los muros, la casa en el centro de la convergencia...
Y no es arquitectura, ya no veo construcciones.
Los muros son tus muslos dioses, la rampa de asfalto es mi deseo, la casa es tu coño, tu sacrosanto coño.
Soy un pene lanzado a velocidad rota a ti por un camino de piel y carne.
Soy un pensamiento embrutecido buscando suaves líneas en tus pechos, el quebranto de un gemido en tus labios.
Soy un semen deslizándose por tu cuello, desde tu boca.
Ya no estoy donde creí estar, estoy donde tú ordenas. Donde tus piernas se separan obscenas en esa increíble y descarada voluptuosidad que me tiene esclavo de ti.
Donde estás presente en todas las perspectivas e intersecciones.
Eres la arquitectura más lujuriosa, el culo más hermoso de La Ciudad del Deseo.
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