No hay error, aunque no pudiera ver el cielo, la luz me diría que es hora de tormenta.
Es especial y la luz del caos impregna el ánimo de libertad y desasosiego primitivo.
La luz que acalla los sonidos creando expectación.
Luego vendrán las primeras gotas de agua que pondrán duros mis pezones por el contraste de la piel recalentada por el calor.
Luego el olor a tierra mojada, a pavimento evaporando miseria.
Y querré llegar a casa mojado para frotar mi piel contra la de ella, en celo, como una bestia acosada por los rayos.
Tomar posesión de su coño con la tormenta como banda sonora del deseo.
En efecto...
Caen las primeras gotas y cierro los ojos para observarla a través de la lluvia. Soñar que estará en casa y la follaré sin control.
Abro los ojos a la luz y la lluvia. No tengo prisa, no importa mojarse, soy sumergible y antichoc, como un reloj suizo.
La luz de tormenta provoca una deliciosa locura.
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