sábado, 30 de abril de 2016

Amar y matar


Si tienes a quien matar, es importante; tanto como amar.
Porque ambas cosas son actos pasionales.
Con la salvedad de que matar, según quien lo haga, incurrirá en delito y si no eres un elegido, irás a la cárcel.
Amar no afecta a la corrupción y a la riqueza y por ello nunca se considera delito el amor. Tampoco se puede dar el amor entre el estercolero que es la corrupción y la legalidad.
En una sociedad formada por leyes puercas, el amor, aunque sumamente escaso, no está sometido a la mezquina legalidad.
La pobreza es por ello, un estiércol para el amor.
El asesinato sin penalizaciones es el privilegio de unos pocos ricos y sus perros.
Paciencia, porque la mierda nunca se limpiará.

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