sábado, 27 de junio de 2015

Las tres leyes de la cursilería (versión 2.9 para pc y mac)



He quemado un bosque.

He pagado con el sudor de mi frente tres abortos en Londres.

He escrito tantos mensajes obscenos por guasap a hermosas mujeres que podría hacer un libro y La Divina Comedia está al lado de la divina barbacoa de carbón del jardín.

¿Y bien?

Estoy esperando mi premio.

Está bien, reconozco que no es exactamente como la ñoñería esa dice (la de la reproducción, la agricultura y la literatura); pero me he esforzado.

El árbol no sabía dónde coño plantarlo y no se me da bien la botánica, ni puta idea.

Me dijeron que una mierda iban a publicar lo que había  escrito.

Y ni mis mujeres ni yo, teníamos dinero en aquel entonces para mantener un niño.

La vida me ha llevado por otros derroteros, pero dado el esfuerzo que he realizado, espero admiración y mi premio, coño.

No jodas que un tío que copia y pega, que copula sin cuidado y además es un labriego que planta cosas y se limpia el culo con ortigas, va a ser más admirado y va a tener premio por todas esas vulgaridades.

Esto parece el festival de la canción de Eurovisión, que compiten a ver quien se lleva el premio a la peor canción.

Estoy esperando...

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