domingo, 21 de junio de 2015

Algo de vanidad


No me canso de la montaña, de mi cita diaria con ella.
Y a veces pasa que temo ser desconsiderado con el resto de los seres.
Debería dedicar más cariño y atención a otras cosas.
-Ya llegará el momento -les digo a todas las cosas y a mí mismo.
No seais impacientes.
Ahora el vanidoso soy yo.
Y vosotros los ignorados.
La vida es un mierdoso partido de tenis.
Y no siempre gana lo mejor, a veces es suficiente con ser lo peor.
Y lo peor, esporádicamente, sufre ataques de suerte que no sabe hacer con ella.
Y así, han dado las tres de la tarde y no tengo hambre, ni ganas de volver.
De hecho no sé si en algún momento debo de volver o se trata de partir. Como si siempre hubiera estado aquí y la boca del túnel que hay en el camino fuera la única opción.
Misticismo de mierda...
Ahora no puedo atenderos cosas ajenas, aunque quisiera no podría. Soy un hombre ocupado.
Tal vez luego, tal vez cadáver.
¿Si se tiene un cáncer se puede padecer otro? ¿Uno no te inmuniza de otros? Es que lo bueno no toca; pero lo malo...
Aún así, es mejor que me caiga el sol que la monotonía.

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