domingo, 24 de noviembre de 2019

Unas repulsivas magdalenas


Joder, es un poco denigrante que un gato de caricatura se me (“me se” para los más cultos y leídos, ¡ja!) parezca; pero a Garfield le pasa como a mí, está hasta la polla de tanta Gilipollez Ilustrada.
Es una genialidad de personaje.
Como yo.
Podría ser peor: se han puesto de moda las ortigas.

No hay comentarios: