viernes, 21 de octubre de 2016

Cumple años Blanca Suárez


Tic-tac, tic-tac, tic-tac, tic...
Perdón, es que estaba pensando sobre la metafísica de la lencería translúcida.
Actriz española famosa por teleseries como  El internado y El barco. En el cine ha trabajado con gente tan importante como Pedro Almodóvar, Imanol Uribe o Álex de la Iglesia.
Y además y con todo derecho: imagen internacional de la marca de ropa interior Intimissimi.
Goyas, Fotogramas, TPs, Ninfas... Tiene una amplia colección de premios y nominaciones.
El que vale, vale. Y el que no, a escribir.

Cumpliría años Celia Cruz (kilométrico nombre real: Úrsula Hilaria Celia Caridad de la Santísima Trinidad Cruz Alfonso), cantante cubana de son, son montuno, guaguancó, rumba, guaracha, bolero y salsa entre otros ritmos latinoamericanos. ¡Az(sss)úcar!
Fue una de las más destacadas cantantes y mejor pagada del siglo XX.

Cumpliría años Alfred Nobel, químico, ingeniero, inventor y fabricante de armas sueco. Famoso principalmente por la invención de la dinamita y por crear los premios que llevan su nombre.
En el momento de su muerte su fortuna ascendía a 33.000.000 coronas, de las que legó a su familia apenas 100.000 coronas. El resto fue destinado a los Premios Nobel.
Vaya, su familia lo debió adorar mucho a título póstumo, qué putada...
En su honor, un asteroide y un cráter lunar llevan su nombre. Y un elemento químico, el Nobelio.

"'Karoshi': así llaman en Japón a las muertes por exceso de trabajo.
Peligra la vida de la quinta parte de los empleados japoneses por los excesos laborales.
Corea del Sur quiere prohibir los mensajes al móvil después de la jornada laboral, por suponer más trabajo extra.
MARTES, 18 DE OCTUBRE DEL 2016 - 17:45 CEST
El trabajo mata en Japón. Literalmente. Una quinta parte de las compañías cuenta con empleados en serio riesgo de muerte. Las carreras nocturnas de oficinistas para cazar el último tren integran el paisaje de un país que desde hace años intenta atajar las muertes por el trabajo extenuante o 'karoshi'.
La encuesta apuntala un cuadro preocupante. El 22,7 % de las 1.743 empresas reconocen que sus trabajadores han alcanzado las 80 horas extras mensuales (unas cuatro diarias). En ese umbral, juzgan las autoridades, empieza el peligro serio. En el 11,7 % de las compañías han alcanzado el límite legal del centenar de horas extras. El sector más afectado es el tecnológico, seguido del académico y el de transportes.
Cada año mueren japoneses por apoplejías, ataques al corazón o suicidios relacionados con el trabajo. También abundan el estrés, los desórdenes emocionales y de sueño. En la prensa ya sólo caben los casos más aberrantes. Un restaurante hubo de indemnizar a los padres de un joven que se había suicidado después de siete meses con medias que rozaban las 200 horas extras.
COMPENSACIONES ECONÓMICAS.
El pasado año hubo 2.159 suicidios por 'karoshi', según datos oficiales. Las reclamaciones de compensación económica de familiares alcanzaron el récord de 1.456. El Consejo Nacional de Defensa de las Víctimas de Karoshi juzga los criterios oficiales de demasiado estrictos y calcula que el número real es diez veces mayor. Tokyo pretende que los trabajadores que superan las 60 horas semanales bajen al 5% y convencer a todos de que dispongan al menos el 70% de sus vacaciones pagadas en 2020.
El propósito choca contra las estructuras mentales que explican la transición de un país devastado por la segunda guerra mundial a una potencia económica y tecnológica. Los japoneses asimilaron la empresa a una familia que exige fidelidad, devoción y esfuerzos incondicionales.
El mercado japonés es envidiable, sin apenas paro y con 1,26 puestos por cada candidato. La reducción de la fuerza laboral desde los años 90 por el envejecimiento de la sociedad sugiere que las empresas deberían atraer y mimar a sus empleados.
En realidad los atornillan para mantener los costes bajos. No es raro que los contratos fijos de jornada completa prometidos se transformen en temporales y de jornada partida con la obligación de trabajar de noche o en fines de semana. La desesperación por entrar en el mercado laboral de los jóvenes o de reengancharse de las mujeres tras dar a la luz aceita los abusos.
ESCASOS RECURSOS.
Al 'karoshi' lo conocen como 'guolaosi' en China y 'gwarosa' en Corea del Sur. Esta también necesitó esforzarse para levantarse tras la guerra de Corea y su pequeño tamaño y escasos recursos naturales aconsejan exprimir el factor humano. Seúl prioriza la educación desde los años 60 y hoy contrasta la abundancia de trabajadores altamente calificados con la escasez de puestos, opina Seungsook Moon, catedrática del departamento de Sociología de Vassar College. “Eso ha generado una fuerte competencia y explica que los surcoreanos que han trabajado muy duro durante décadas sigan haciéndolo”, señala.
La sociedad tecnificada ha agravado el cuadro. En Corea del Sur ya se lucha contra el temido “síndrome del Kakao”, el equivalente nacional del Whatsapp. Una ley en trámite prohibirá a los jefes enviar mensajes después de la jornada laboral para blindar la vida privada.
Los móviles y las tabletas añaden once horas semanales, según un reciente estudio del Instituto de Trabajo y Sociedad de Corea. “Hemos llegado a un punto en que trabajar por la noche o fines de semana sin ninguna retribución se está convirtiendo en norma”, sentaba el estudio. Legislaciones similares ya se estudian en Francia y Alemania. Algunas multinacionales surcoreanas como LG Plus han amenazado con el despido a los jefes que atosiguen a sus empleados.
BEBER PARA DORMIR.
“Acababa a menudo a las 2 o 3 de la mañana y necesitaba beber para dormir por el estrés. No me pagaban las horas extras sino que me daban más vacaciones, pero también me llamaban entonces”, cuenta Sora Heo, de 27 años. Dejó la multinacional de telecomunicaciones, viajó seis meses por Latinoamérica y ahora es guía turística. “Gano menos de la mitad pero he recuperado mi vida”, añade.
La ley compensaría el fracaso de las presiones sociales para embridar la acostumbrada hiperactividad. “Los sindicatos han luchado contra el exceso de trabajo pero su posición es más débil que antes de la crisis financiera global de 2008-2009 y la crisis asiática de 1997-1998. La estrategia informal de los empleados consiste en mantener la fachada de trabajo en las horas extras. Están físicamente pero no trabajan duro”, señala Moon."

Eso de querer suicidarse por exceso de trabajo, no es verdad. Lo que ocurre es que los japos y otros orientales, están genéticamente predispuestos al hara-kiri. Miles de películas no pueden estar equivocadas.
Y si por casualidad fuera verdad que el exceso de trabajo los lleva al suicidio en lugar de quedarse en casa o escaquearse (serio problema mental oriental que requiere tratamiento quirúrgico); países tan pobres como España y con tanto paro, deberán sentirse orgullosos de tener la población más sana del mundo mundial, no morirá ni uno, es el paraíso de la salud por la magnitud del paro.
Ventajas del tercermundismo...
Y otra gran noticia fresca, es que la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, no la acepta el tribunal supremo español. Seguimos en el tercermundo... Hay millones de parados, gente pobre, gente sin casa, falta de medios en la educación y jueces y políticos se preocupan por las corridas de toros.
No jodas, es de vergüenza.
Jamás perdería mi tiempo votando a tanto vago hijo de puta ocioso.
Visto lo visto, yo porque no bebo y ya soy viejo; pero vosotros, pequeños míos, dad el salto al alcoholismo y a la heroína en vena porque vuestro futuro es negro como el culo de un africano (no es racismo, es simple evidencia).

Buen sexo. Y sucio, muy sucio...
Iconoclasta

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