Antes del resurgimiento del Nazismo Europeo (año 2020 o año 0 del nuevo y normal nazismo) del coronavirus y sus brazaletes nazis de identificación de vacunados por coronavirus, ómicron era la decimoquinta letra del alfabeto griego y no el coronavirus africano.
Si Alemania en pleno lanzó durante una década su odio hacía los judíos con: “¡Judío!”. Europa usa ahora “¡Ómicron!”.
Dejando hipocresías ciudadanas y cobardes aparte, los africanos no vacunados son un problema porque podrían justificar a los no vacunados europeos u occidentales. También habrá que esperar a ver si la OMS se inventa tantas versiones del coronavirus como letras tiene el alfabeto griego (24). Tal vez deberían recurrir al alfabeto japonés que tiene unos cientos de miles de ideogramas, les daría más facilidades para los coronavirus de vacaciones de verano y las fiestas navideñas.
Con toda esa gente sin vacunar en África es muy difícil para los países nazis europeos justificar la extorsión, segregación y odio que se está dirigiendo contra sus no vacunados (no vacunados por muchas causas, y no por el negacionismo que, es otra enfermedad que el nazismo europeo se inventó en el ya mentado Año 0).
En definitiva, el mensaje subliminal de la SS OMS y la SS EU, más o menos podría ser que los africanos en África o exterminados.
“¡La Europa Nazi te llama para salvaguardar su gloriosa SS Sanidad! Alístate presentando tu brazalete nazi debidamente actualizado en tu portal sanitario!”.
Bien podría ser la publicidad institucional nazi del comienzo de una nueva guerra y su genocidio.
Y bueno, literaturas aparte, más o menos viene a ser así como Europa extiende su mensaje de odio contra los africanos, con el apoyo de sus países fascistas o neonazis como España (la taifa Cataluña y sus jueces en primer lugar como ultranazi), Francia, Italia, Austria, Holanda, Bélgica, (sin olvidar ni por un momento a la fasciosa Australia, que tiene tela también), etc…
Cada vez somos más los no vacunados odiados en todo el planeta. Y me gusta, tiene un romanticismo que me arranca de la mediocridad analfabeta y cobarde que se vivía ya en toda Europa segundos antes de la farsa del coronavirus. Algo bueno debía tener el nuevo nazismo occidental del coronavirus.
Si no fuera porque hay tantos hechos reales, con tantos nombres reales imposibles de esconder en el guion, con tantos países nazis reales y con tantos ciudadanos cobardes aplaudidores; sería una buena película ¿eh? 😃.