Origen de la circuncisión.
"Yahveh tirose un pedo diciendo con voz atronadora, con rayos furiosos partiendo árboles en la tierra que creó:
«¿Queréis dejar de follar tanto? Es asqueroso, estáis todo el día enganchados.
Esto no es Israel, parece Las Vegas.
A partir de ahora, os tenéis que cortar el prepucio para que ese pijo se seque y no estéis babeando todo el día. A vosotras os regalo el papiloma por putas. A ver si empezáis a trabajar de una cochina vez, queda poco maná, pueblo judío y promiscuo».
Un judío llamado Mangobé, hijo de Manubriés, hijo de Peneargán, hijo de su puto padre; con el miembro en la siniestra y una cuchilla de sílex en la diestra, le habló al celoso Yahveh alzando su pene al cielo:
«¿Por qué no me regalas también a mí el papiloma y me liberas de ser un circunciso?»
Y Yahveh, hizo caer un rayo en sus genitales. En ese mismo instante, con los cabellos de punta por la electricidad estática del aire y por el miedo, todos los hombres judíos se cortaron el prepucio y todas las mujeres judías se metieron paletadas de barro amasado con orina en la vagina, por si acaso los rayos.
«Hijos de puta salidos...» masculló Yahveh oculto entre las nubes."