La experiencia dicta que los hijoputas e hipócritas gozarán de impunidad mientras vivan. Raramente morirán de un balazo, un accidente automovilístico, un cáncer o una enfermedad venérea.
Con esto os digo, hijos míos, que tenéis cerdos y cerdas de dos patas para mucho tiempo. Para toda la vida.
Por si acaso, no dejéis de desearles la muerte. A ver si hay suerte y muere alguno, coño.
O si sois crédulos beatos y os encanta eso de las "bendiciones", les soltáis alguna maldición.
Todo esfuerzo es poco para aniquilar a esa piara de marranos/as.
Los que sean de poner la otra mejilla, que se vayan a tomar por culo.
Ego os absolvo. Dominus vobiscum biscum biscum y matarile.
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