Sin embargo hay mecanismos de defensa que nacen con nosotros y que minimizan los daños, incluso los combaten con eficacia: el odio, el rencor, la repugnancia y por fin, la indiferencia.
Afortunadamente es más fácil sentir asco que amor, requiere menos esfuerzo y dada la naturaleza humana es instintivo e intuitivo.
¿No es adorable la vida? Tic-tac, tic-tac, tic-tac...
El odio es más claro, fuerte y emotivo que algunos "amores".
Y mientras tengamos en el bolsillo unos billetes, siempre puedes comprar diez minutos de "amor" del bueno, sin tener que subvencionar, por ejemplo, los gastos telefónicos de una línea hot-sex de una amateur torpe de la prostitución
El hombre cínico es que el que huele flores y busca el muerto.
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