El festival de Eurovisión es sólo una pasarela, una feria de monstruos de lo que aclama hoy una sociedad decadente, acomodada, cobarde, infantilizada y sumisa hasta la indignidad.
De una banalidad vergonzosa.
No es de extrañar que Europa vaya a ser invadida y colonizada por Oriente, es vieja y chochea.
Sus gentes y falsas democracias están agonizando de degradación.
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