domingo, 17 de diciembre de 2023

tg--No importa quién--ic

Carrero era a Franco, lo que Himmler a Hitler. Ambos eran la continuidad.

La muerte de Carrero Blanco, fue la consecución de la libertad en la España franquista. No importa quien lo hubiera matado, importa su muerte, su necesaria y esperanzadora destrucción. Es algo que debe celebrarse, es cuando la dictadura fue absolutamente decapitada de sus dos malas y venenosas cabezas (Franco ya se estaba descomponiendo en vida).

Y ahora estamos en otra dictadura, tan venenosa como aquella, e incluso más hipócrita y soberbia, más agresiva contra el individuo, su dignidad y su biología básica.

Habrá de preguntarse quién acabará matando a quien deba y que no ocurra tan tarde como la eliminación de Carrero.

Un chiste de la época, sobre el atentado, decía que Carrero hubiera llegado al cielo de no haber sido por la cornisa del edificio que golpeó su coche volando por la explosión.

Era un buen chiste, un gran y sarcástico humor, con cojones. No como la mierda farisea que hoy predica y salmodia el narco Estado Español.

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