viernes, 5 de agosto de 2022

La revisión de la memoria histórica española aplicada a los ríos

Dice el Estado Penitenciario Fascista Español Homosexual Sanitario en sus nuevas memorias editadas, que hace tres años los ríos no bajaban su caudal en verano porque los veranos eran fresquitos y no había sequías; ni siquiera cuando en las noticias de los años ochenta y noventa, el telediario repasaba en cada edición el estado de la capacidad al mínimo de los embalses y en muchos lugares se llevaban a cabo restricciones de corte de suministro horario.

Pero como se ha decretado crisis por cambio climático y guerra ruso-ucraniana, la memoria también se ve afectada.

Claro, que en un país endogámico como España, la memoria y otras facultades mentales suelen verse alteradas por la consanguinidad y esas cosas genéticas del incesto.

Pero desde que llegó el coronavirus y su fascismo, dice la memoria histórica, que los ríos empezaron a perder caudal en los ahora fascistas veranos calurosos. Y Yahvé decretó: “Háganse venenosos los ríos”. Eso sin contar los casi tres mil muertos por la ola de la “caló” española que, posiblemente si se hubieran vacunado de la vacuna que no vacuna, estarían vivos y coleando. O vivos al menos.

Y claro, como hace tres años atrás con sus veranos fresquitos el río no perdía caudal, no había riesgo alguno de que se envenenara.

Ahora que se va a imponer un nuevo asalto fascista homosexual a las libertades y derechos civiles, y se ha creado la nueva epidemia de ríos venenosos en toda España; toca vender packs fascistas homosexuales de antídotos contra el veneno a precio de mierda puta. Y encarcelar a la población para evitar que beban agua de los ríos como los jabalíes, patos, zorros, comadrejas, pájaros, y algún gorrino no censado por ahí.

Es todo como una historieta instructiva para deficientes mentales, con sus dibujitos y mensajes silabeados por un dictador maricón y su corte de locazas.

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