sábado, 10 de agosto de 2019

Sin carne, sin cojones


Según las editoriales sensibleras de algunos periódicos que parecen creerse sus propias mentiras, en un futuro no muy lejano se va a restringir el consumo de carne y algunas verduras suculentas para la sostenibilidad del planeta. Y así, al igual que el marisco, en unos años la carne pasará a formar parte de la dieta de solo los más pudientes y corruptos.
Todo parece ir hacia un pienso compuesto con los ingredientes necesarios que las reses humanas necesitan para producir y consumir correctamente dentro de los parámetros establecidos.
Si le quitas proteínas cárnicas a los humanos y le añades a su pienso algunos inhibidores hormonales; al igual que los bueyes, se tornarán más dóciles. Y si no necesitan testículos, pues mejor que mejor. Al final, serán sementales seleccionados y elegidos por los gobiernos quienes se la metan por el coño y por el culo a sus esposas; incluso por la boca si les cabe sin romperles los dientes semejante rabo tan bien seleccionado.
Hay una peli -Soylent Green o Cuando el destino nos alcance (1973)- en la que usaban a los manifestantes (los metían en camiones de basura con grandes palas, los prensaban y la pasta resultante la procesaban) para hacer galletitas y alimentar a la población hambrienta de las ciudades.
Lo más tierno de la peli, era que los ancianos, podían elegir libremente el día de su muerte ante una pantalla imax de una belleza indescriptible.
Buena peli, acertadísima visión. Se nota que el LSD daba sus frutos. Debería volver a consumirse de forma habitual.

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