lunes, 26 de agosto de 2019

Inquisidores del aborto


Hay un ansia paranoica inquisitorial en los partidos de derechas como el PP, Ciudadanos, Vox y los nacionalistas paternalistas, sean de la autonomía que sean, por legislar y prohibir lo que cada cual hace con su cuerpo.
Hoy más que nunca el aborto debe ser libre.
Basta la máxima: no te importa una mierda lo que tu vecino haga, puerco envidioso, metomentodo hijo puta.
Cuando la sociedad está saturada de gente en demasía, de idiotas y de sexo ebrio, es cuando se precisa perentoriamente que la mujer preñada decida si aborta o no.
Ni siquiera debería estar legislado el aborto.
Cuanto más tiempo pasa, esta repugnante sociedad pletórica de envidia, molicie, corruptos, sofistas y arribistas, más libertades destruye.
Solo la embarazada tiene la decisión sobre si es conveniente abortar.
Tiene más libertad el enfermo mental que pide un trasplante de sexo.
Por no hablar del ricacho que se cambia la sangre cuando le sale de la polla o el coño para descontaminarse de drogas. Y eso que siempre hay carencia en los bancos de sangre.
Por no hablar de lo rápido que le trasplantan a un rico o político la polla o el coño si es necesario; para ellos no hay espera.
Si la preñada tan solo sopesa la posibilidad del aborto, es que algo no va del todo bien, panda de tarados guardianes de la puta vida esclava y mísera.
A menos que el hijo de la violada sea vuestro y queráis perpetuar vuestra mierdosa línea sanguínea.
Asquerosos tiranos de apestoso pelaje. Mierdosos.
Ojalá os esterilicen para que no sea necesario que una mujer aborte, guardianes palurdos del inquisidor decoro.
Que yo sepa a nadie le han obligado a abortar; no como vosotros que obligáis a comer mierda a los pobres y los obreros.
A tomar por culo, hijo putas; mejor se os da llorar por la amazonia, hipócritas.

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