martes, 6 de agosto de 2019

Día un millón tres:


Hoy, sobre las 10:36:13 (aproximadamente), la despampanante rubia absolutamente lamible, hermosa y sagrada se ha dado cuenta de mi existencia: me ha saludado mirándome.
Lo puedo asegurar porque no había nadie tras de mí. Ni siquiera ardillas, pájaros, gusanos o jabalíes.
Soy tan feliz...
No veo el momento de llegar a casa y masturbarme dichoso yo.

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