La madrugada en las calles son silencios rasgados por el fragor de un río, la tos humana, aceras que no tienen razón de ser, caminos negros y balcones muertos como cadáveres bostezantes.
Fría piedra, fría muerte.
Frío yo porque me gusta y fascina.
Porque soy incapaz de desear que llegue el día.
Soy una lápida que camina.
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