"La Pantera Rosa en compras rosadas".
Es el título de un episodio que he protagonizado al ir a comprar al súper. No es que yo sea una pantera rosa, que nadie se ría listillamente. Es que mi vida a veces es tan surrealista, que no sé si fumarme el filtro del cigarro o usarlo de aderezo en la ensalada.
De lo más ñoño, daban ganas de vomitar de ver un cielo tan rosa; es como una sobredosis de azúcar en un diabético.
Si es que por una cosa o por otra estoy viviendo en un mundo de caricatura, no jodas.
Lo del seseo, viene porque cuando veía los episodios de la Pantera Rosa, los títulos eran anunciados en español latino. Y así, cuando pienso en la dichosa Pantera Rosa (que me encanta y encantaba) no puedo desligarme de ese acento que le daba una peculiaridad entrañable.
Lo que me preocupa es mi salud mental: he dejado las bolsas de la compra en el suelo para hacer la foto, pero es que no podía guardarme este momento de pesadilla "asucarada". Alguien tiene que saber de mi infierno interior y exterior.
Horrible..
Solo me falta caer en lo más bajo y comprarme una barba de algodón en una feria. Eso no ocurrirá a menos que esté drogado o perfectamente alzehímico.
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