Hay tantos colores en tan poco espacio, que echo de menos los tonos de tu piel, la húmeda y brillante monocromía de tu coño.
Tu piel me da sosiego, eres mi refugio en el planeta.
Hay rincones casi idílicos en su variedad cromática; pero no consiguen eclipsar la suave monocromía de tu piel.
No necesito lugares saturados, acuarelas de ensueño.
No soy pintor, no soy nada. Solo una mirada profunda y hambrienta.
Tú observas la sorprendente anarquía de los colores y yo te abrazo desde atrás con las manos entre tus muslos, cubriendo mis ojos con tu cabello.
Colores y deseo...
Amarte me hace extraño al mundo.
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