sábado, 28 de marzo de 2015

Demasiado fuerte


Me hubiera gustado tener la capacidad de llorar, no ser tan fuerte.
¡Maldita fortaleza que no aporta consuelo alguno!
Las lágrimas se convierten en ira antes de brotar y siento que voy a estallar y ensuciar el mundo con mis restos.
Y sale un poco de sangre por el grito desgarrador que hace mierda la garganta.
Una lágrima solo, una pizca de humanidad me haría sentir bien en este lugar, en este tiempo, porque hay cosas por las que llorar. Hay cosas por las que emocionarse si se es humano.
Pero no... Ni llanto ni emoción, solo un frío desprecio, una mirada torva que asusta al viento.
Como si no fuera conmigo todo ese dolor.
Toda esta prisión.


No hay comentarios: